México-EUA: al toro por los cuernos: @JROLDANA

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Jesús Roldán Acosta
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Estos dos días próximos (miércoles y jueves) serán de gran importancia para el rumbo de la economía mexicana, ya que iniciará el proceso de renegociación del Tratado Trilateral de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), primero se realizará entre las partes de México y de los Estados Unidos de América, en representación de nuestra nación acudirán los secretarios de Relaciones Exteriores y de Economía, Luis Videgaray Caso e Ildefonso Guajardo.

Ese fue uno de los tópicos medulares que fueron, por decirlo así, “temas ancla”, junto con los problemas de seguridad fronteriza y de inmigración, que durante la campaña de Donald Trump fueran recurrentemente pronunciados y reiterado en la ceremonia de toma de protesta de éste, como presidente de la nación estadounidense, mismos que han sido considerados como álgidos para millones de mexicanos.

No olvidemos que las incesantes y vociferantes declaraciones muchas veces externadas, por parte de Trump, al remitirse a sus principales ejes de desarrollo tenían efecto negativo y mostraban incertidumbre en el mercado especulativo de las bolsas de valores internacionales, reflejándose en la pérdida del valor del peso mexicano en su relación  cambiaria con la divisa estadounidense, que llegó a situarse en la línea de los 22 pesos por cada dólar.

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Algunos analistas financieros estiman que la moneda mexicana se aproximará a los 24 pesos por dólar al término del presente año.

Sin embargo, y en contraste observamos al secretario de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Meade Kuribreña con aires de sospechosa ingenuidad cuando refiere que “es más probable que el dólar se estabilice tan pronto Trump inicie su presidencia”.

Recordemos que desde el pasado mes de noviembre, tan pronto se diera a conocer el triunfo de Donald Trump, el peso mexicano empezó a caer estrepitosamente en medio de la incertidumbre y de las medidas que éste habrá de llevar a cabo durante su gestión presidencial. Sobre todo en las líneas de acción comercial, de seguridad fronteriza y de inversiones.

El énfasis y la variedad e intensidad de los tonos discursivos de Donald Trump ha tenido efectos adversos para México, ya nos tomó la medida; esperemos que nuestros negociadores comerciales acudan muy bien preparados y organizados y “agarren al toro por los cuernos”, además de que con gran templanza y con el don de la ubicuidad se sitúen en la relación de “Ganar-Ganar”.

Confiamos en que la experiencia acumulada de más de 22 años de que iniciaran las funciones del TLCAN haya dejado clara y ventajosa huella para nuestros negociadores comerciales, así como para las propias empresas de nuestra nación.

No cabe duda que la batalla mediática de la marca “Trump” ha puesto a trabajar a muchos de nuestros reactivos gobernantes, que no habían considerado seriamente en diversificar los mercados comerciales de nuestra nación, en tanto que se concretaron en gran medida y por muchos años a permanecer anquilosados en las relaciones comerciales hacia el vecino país del norte. Donde poco más del 80% de nuestro comercio subsiste con ese país. Ya que –de origen- “pusieron todos los huevos en una sola canasta”.

Quedan menos de siete días, la cuenta regresiva apunta a la primera reunión oficial entre los presidentes de México y de Estados Unidos que se darán cita el próximo 31 de este mes en la Casa Blanca (Washington, D.C.), los temas centrales de esas conversaciones entre ambos mandatarios serán: comercio bilateral léase el proceso de renegociación del TLCAN, migración y seguridad fronteriza.

La salida de Estados Unidos de América del Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TPP, por sus siglas en inglés): sus efectos para México.

En otro orden de ideas, la salida reciente de Estados Unidos en salir de inmediato y en consecuencia el de no suscribir la ratificación del TPP “ha movido fuertemente el tapete” a la mayor parte de los países miembros de dicho Acuerdo, entre ellos a nuestro país.

Recordemos que fue en el año 2012 con el entonces presidente Barack Obama, durante una reunión celebrada en la localidad de Los Cabos (Baja California), donde México fue incorporado como país miembro pleno del Acuerdo Transpacífico.

El objetivo del TPP era “profundizar las relaciones de comercio entre las regiones con litoral en el Pacífico del Continente Americano y de Asia”.

Por cierto, la República de Chile, en voz de su Canciller Heraldo Muñoz, secundó la postura asumida el pasado lunes, por EUA.

A la fecha, en ese Acuerdo permanecen Australia, Brunei, Canadá, Japón (apenas el pasado Diciembre esta nación había ratificado su incorporación), Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú y Singapur.

Se sabe que el TPP pretende eliminar las barreras comerciales e impulsar la inversión y liberación comercial en algunas de las economías asiáticas que registran mayor crecimiento económico.

De instrumentarse el TPP sería el Acuerdo comercial regional más grande en la historia, en tanto que abarcaría cerca del 40% del PIB mundial, en el que confluiría alrededor una tercera parte del comercio global.

Al tiempo que se eliminarían barreras en diversos renglones, como en las compras del sector público, la fijación de estándares para derechos laborales, propiedad intelectual y de protección ambiental. Se abrirían reglas claras para las Pymes, tecnologías digitales, cadena de suministros y en la integración de zonas comerciales.

Otras ventajas del Acuerdo es que se eliminarían o bajarían aranceles en productos textiles, se quitarían exportaciones agrícolas e incrementaría la cooperación y habría mayor transparencia en ciertas actividades relacionadas con la biotecnología agrícola.

Algunos puntos de discusión fueron la apertura de mercados de autopartes y de productos lácteos y la extensión de plazos de patentes de medicamentos, cuyo impacto financiero repercutiría en pacientes que padecen cáncer, que temen se eleven mucho los costos de nuevas terapias oncológicas.

¿Qué le depararía a México en el TPP?

Le aseguraría acceso preferencial a importantes economías del mundo, estaría actuando en un mercado de oferta exportable de más de 150 mil millones de dólares en sectores automotriz, electrónico, eléctrico, químico, agroindustrial, acerero, cosméticos y de la perfumería.

Para muestro país, ese Acuerdo le abriría novedosas oportunidades de negocios en el Asia-Pacífico con Australia, Brunei, Malasia, Nueva Zelanda y Singapur. Además de que se profundizaría el acceso al mercado de Japón y consolidaría nuestra relación comercial con Perú.

Mientras tanto, de no concretarse la ratificación de las naciones involucradas en el TPP, México, por su parte, iniciaría conversaciones para suscribir Convenios bilaterales con los países anteriormente enlistados.

Por otra parte, ante la salida de los Estados Unidos de América del TPP, el gobierno mexicano, a través del presidente Enrique Peña Nieto manifestó este lunes que – ¡por fin les cayó el veinte! – México diversificará sus relaciones comerciales con otros países. Ejemplo, en América del Sur, se fortalecerá la integración con Chile, Colombia y Perú. Y además, se buscará firmará un Tratado de Libre Comercio (TLC) con el Reino Unido de la Gran Bretaña, cuando ya se formalice la salida de esta nación de la Unión Europea.

Mientras tanto, México deberá continuar aumentando su competitividad interna, mejorando en asuntos de logística, del gas natural, enfatizando en la infraestructura en general.

Una vez más, “no debemos seguir poniendo todos los huevos en la misma canasta”; eso no nos ha traído nada bueno.

@JROLDANA

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