Liderazgo positivo: tarea pendiente: @JROLDANA

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Frecuencias - Jesús Roldán Acosta
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Importante Iniciativa de Ley que reforma la Constitución Política del Estado de Querétaro fue aprobada el Jueves pasado, por parte de los diputados de la LVIII Legislatura Local.

Me refiero a la que inicialmente fuera presentada por el diputado independiente Carlos Sánchez Tapia y que en cuanto a la participación ciudadana se refiere “se crea y establece la figura de la “Revocación de Mandato”, misma que entraría en vigor hasta el período legislativo 2018-2021.

Además de que se aceleren los mecanismos de el “Plebiscito”, el “Referéndum” y la “Consulta Popular”.

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Con ello, según afirma Sánchez Tapia, se posibilitaría el constante ejercicio de supervisión en el desempeño de quienes ocupan cargos de elección popular, siempre y cuando existan fehacientes pruebas en el inadecuado uso de funciones , o en tanto que su trabajo sea insuficiente.

De esa manera, a título personal señalo que, de haberse instaurado la “Revocación de Mandato” habrían rodado cabezas importantes en la pasada administración del entonces gobernador José Eduardo Calzada Rovirosa, empezando por él mismo, siguiéndoles por algunos de los entonces diputados locales, como la del otrora legislador Marco Antonio León Hernández (poseedor actual de un Centro estatal de Verificación Vehicular), que en su cargo de presidente de Mesa Directiva se prestó a diversas triquiñuelas legales, con la venia y amplia complacencia de Calzada Rovirosa.

Con las figuras del “Referéndum”, -procedimiento mediante el cual se somete a la voluntad pública, algún tipo de Ley-, del “Plebiscito” y de la “Consulta Popular”, los diputados no tendrán pretexto alguno para sentirse verdaderos empleados y servidores de la ciudadanía y darle sentido humano a la democracia participativa.

De lo contrario, será simple y banal cliché pseudo populista.

Se obtiene del pueblo, la ratificación de la(s) gestión (es) de un gobernante o para decidir acerca de aspectos o temas de relevancia ciudadana.

Al respecto, conviene precisar, que a fin de coordinar acciones sociales (obras públicas) y de la mejoría en la validad de los servicios municipales, en el estado de Querétaro, en días recientes el propio Carlos Sánchez Tapia estuvo muy activo por las comunidades de “Villa Progreso” en el municipio de Ezequiel Montes y en “Charco Frío”, en el Barrio de Guadalupe, perteneciente al municipio de Cadereyta de Montes.

“Observadores de la gestión social”.

Lo que no debemos olvidar a la hora de  evaluar candidatos a cargos de elección popular son: 1) Recordar siempre y hacer un efectivo y concienzudo registro acerca de cómo fue su desempeño legislativo (y/o como funcionario público). Además de cotejar congruencias de los dichos y de promesas de campaña, con lo realizado en la práctica.

Es decir, hay que distinguir de toda la verborréica electoral, a lo que se haya sumado del saldo negativo o positivo que haya generado el candidato en turno y de evaluar el desempeño.

Además de reclamar los errores u omisiones con el flamígero señalamiento y castigo correspondiente, a través de no votar por él o ella, según sea el caso.

2) Conocer si el candidato ha escenificado o ha sido partícipe de hechos fraudulentos, de corrupción; o aún de marcadas relaciones extra maritales, en el caso de que estén casados, ya que esa conducta identifica y marca lo que la gente expondrá, de parte de los probables candidatos.

En síntesis, habremos que buscar la coherencia de lo que se dice ser, lo que prometen y lo que en verdad han realizado.

3) El voto es un paso trascendente, ya que con ello definiremos el rumbo del estado y o del país que deseamos.

4)Tendríamos que hacer lo propio con el equipo cercano de colaboradores del o de los candidatos.

5) Cuestionar por diversos medios a los candidatos, acerca de qué piensan, qué opinan y qué aportan y sobre todo, de qué manera lo llevarían a cabo, en caso de ser electos.

6) Confrontar propuestas de los diversos candidatos, que incorporen cualidades, trayectoria personal y profesional, así como la solvencia ética de los mismos.

A todos ellos hay que darles -de entrada- el beneficio de la duda, y no “engancharnos” con su carisma y puntadas, o de “si es bonito”, guapo, o por la imagen que presentan.

Ahí tenemos el mal ejemplo de haber elegido a Enrique Peña Nieto como presidente de la República Mexicana.

Claro que si quisiéramos ahondar en este tipo de análisis, también sería conveniente conocer acerca de la clase de personalidad de los candidatos, de esa manera se podría distinguir, por ejemplo, si cuentan con rasgos determinantes de líderes “narcisistas”.

“Radiografía de una personalidad tipo narcicista”.

En general, se trata de una persona poco realista y cree que sus adversarios le pueden obstaculizar sus objetivos; es paranoico, despiadado e implacable.

Además de que son amenazantes, demuestran su poder, alternan su comportamiento con mensajes grandilocuentes y manipuladores. Suelen apropiarse de cualquier positivo resultado que se logre, o del trabajo efectuado en equipo,

Los narcisistas no son empáticos; no se ubican en función del otro o de los otros.

Lo anterior, sin duda y desafortunadamente, retrata la personalidad del actual edil capitalino, Marcos Aguilar Vega, quien pretende reelegirse para el jugoso cargo, o bien “saltar a una senaduría”, por el estado de Querétaro, en esta tarea tendría holgados 6 años para seguir gozando de los altos ingresos, por el mismo hecho de lograr contactos y de cobrar “moches”, por ser intermediario con los grandes empresarios que se interesan en conseguir beneficios para sus empresas. Sea mediante legislaciones fast track y muy Ad Hoc.

Que bien podrían ser, por ejemplo, al cabildear en las importantes y claves Comisiones del Senado de la República, como son: de Energía, de Comunicaciones y Transportes, Hacienda y Crédito Público, Programación y Presupuesto, entre otras más.

Por supuesto que también existen líderes narcisistas positivos, capaces de sacar a flote problemas relacionados con las crisis de índole financiera, en tanto que asumen riesgos y hacen crecer las actividades para las que fueron contratados o elegidos.

La personalidad de aquellos se cifra también en su habilidad para la comunicación y de expresión verbales, que les facilita influir en las personas y dan aliento y esperanza a sus representados.

En contrapartida, ese tipo de líder narcisista necesita de admiración y reconocimiento y son incapaces de escuchar a terceros. Se ubican distantes de la realidad y les gusta crear una imagen superior de ellos mismos; les agrada también relacionarse con personas a las que consideran ser de alto estatus socio-económico.

Si desea profundizar en ese tipo de “radiografías de los gobernantes”, les recomiendo la lectura de mi entrega periodística del pasado mes de Junio (2016), intitulada: “Conductas de nuestros gobernantes”.

De cada uno de nosotros dependerá que contemos con dignos representantes de la ciudadanía.

@JROLDANA

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